Moción de apoyo a las farmacias rurales para su integración en las estrategias sanitarias y de impulso a la salud pública
El timo del plan piloto de Reordenación Sanitaria de la Consejería de Sanidad para Aliste que supone un recorte de los servicios prestados en la mayoría de los Consultorios abiertos, y la falta de médicos y especialistas (sobre todo de Pediatría) en toda la zona rural y en Benavente y Toro, han sido objeto de mociones del Grupo de IU durante todo el año en esta institución, sin que el PP y Cs hayan permitido el debate por no considerarlo urgente, pese a que Plataformas y vecinos se están movilizando para alertar de su urgencia y pedir soluciones.
No somos los diputados de IU los que lo consideramos urgente, sino los zamoranos y zamoranas que lo reclaman para su pueblo y su gente.
La inminente urgencia de estas situaciones de pérdida de profesionales sanitarios y de recortes de atención, han dejado en un segundo plano otra amenaza para la salud de los zamoranos de zona rural: el cierre de farmacias.
Los datos son contundentes. De las 26 farmacias que se cerraron el último año en España la mayoría fueron de Castilla y León, con ocho, de las cuales tres eran de Zamora y una en Ávila, León, Soria y Valladolid en los pueblos. La única que se cerró en una capital fue en Burgos.
Esto se debe a que la demografía farmacéutica de la Comunidad está muy ruralizada: el 38% de las oficinas se encuentra en pueblos de menos de 1.000 habitantes, y el 27 % de menos de 500. Además, la mayoría de las farmacias con viabilidad económica comprometida (que no alcanzan la facturación pública mínima fijada por ley y se les aplica el Índice Corrector de Márgenes, una ayuda económica para garantizar su sostenibilidad), están en el medio rural y la Comunidad tiene el mayor porcentaje de VEC (14%).
En Zamora de las 161 farmacias abiertas, más del 65 por ciento están en zona rural y de ellas hay 39 catalogadas como VEC (23,6%).
La despoblación de la zona rural y las medidas para el ahorro en la factura farmacéutica han ahogado económicamente a los farmacéuticos rurales, puesto que la mayoría de los ingresos dependen de las recetas del Sistema Nacional de Salud, y tanto la bajada de precios como la exclusión de fármacos ha hecho mella en los ingresos de las farmacias, y las ha llevado al cierre.
Aunque la atención se suple abriendo un botiquín de farmacia o asumiéndola la farmacia de otro pueblo, cada vez que se cierra una farmacia los vecinos pierden un servicio más que es muy valorado por los ciudadanos, más en el medio rural.
Las ayudas a la farmacia rural son insuficientes y la Comunidad y especialmente Zamora, lideran los cierres. Los cantidades (cinco millones) que la Consejería de Sanidad ha destinado en los últimos años para asegurar la viabilidad económica de farmacias no son suficientes. La aportación en su día de la Diputación a la implantación de la receta electrónica falla si no hay cobertura de internet.
Estas ayudas son insuficientes para mantener el servicio farmacéutico en los pueblos de menos de 600 habitantes, que son una mayoría en la zona rural zamorana. Una zona que no puede perder más servicios, y que debe atender a una población cada vez más envejecida.
En algunas Comunidades se han implantado programas que ya han demostrado importantes beneficios y que han contado con la farmacia como aliado estratégico. Es el caso, por ejemplo, de los cribados que permiten un diagnóstico precoz de enfermedades de alta prevalencia, como cáncer de colon, diabetes, EPOC….
Por ello, y haciéndonos eco de las demandas de los Consejos de Colegios Profesionales Farmacéuticos, de los vecinos de nuestros pueblos, y porque no podemos perder más servicios de salud en Zamora, presentamos ante el Pleno del próximo viernes la siguiente moción de urgencia:
1. La Diputación de Zamora se compromete, en la medida de sus posibilidades, a mantener las ayudas necesarias para colaborar en la viabilidad de las farmacias rurales de la Provincia.