De vuelta de ese
gran supermercado del turismo que es FITUR, una de las ferias internacionales
más importantes del sector que cada año se celebra en Madrid, y en la que todos
estamos interesados en participar, me parece importante compartir con los
ciudadanos algunas reflexiones que nos permitan aclarar y tal vez mejorar el
lugar que ocupa actualmente en ese complejo entramado del mercado turístico una
pequeña ciudad de provincias como Zamora que, por cierto, tiene mucho que
ofrecer y mostrar a los viajeros del mundo.
La
feria en cuestión, a la que he acudido como responsable de la concejalía de
Turismo del Ayuntamiento de Zamora, constituye un extenso tejido de negocios,
intereses, búsqueda de posibilidades...,
donde se pueden ver diferentes niveles de representación, tanto de las numerosas empresas del sector,
que cada día amplían más sus propuestas comerciales con nuevas e imaginativas
ofertas , como de las instituciones públicas que representan los destinos, es
decir, los municipios, provincias y comunidades autónomas españolas, así como
las distintas ciudades y países del mundo.
En
ese contexto expositivo, donde la máxima
de ver y ser visto domina las actuaciones de cada cual, especialmente en la
búsqueda de imágenes, titulares y fotos para la representación mediática, esta
concejalía ha intentado introducir a Zamora en los circuitos de las ciudades de
congresos, aprovechando que el
ayuntamiento es miembro de la Spain Convention Bureau, una asociación de
ciudades y provincias sin ánimo de lucro creada para la organización de
reuniones y eventos.
Con
ese objetivo acudimos a la feria, ofreciendo todos los recursos con que cuenta
esta ciudad, que no son pocos, y
contando para ello con la colaboración de la Fundación Siglo para el
Turismo y las Artes de Castilla y León, como ya se ha dado a conocer, y el apoyo
de la Junta de Castilla y León que pone a disposición de cada provincia el
espacio expositivo en la FITUR, y que en el caso de Zamora es gestionado por el
Patronato de Turismo de la Diputación, donde están representados los sectores
turísticos e institucionales de Zamora.
Para
mi sorpresa éste resultó ser el mayor de los problemas con que nos hemos
encontrado, ya que el responsable del Patronato, a pesar de la gran
colaboración que prestan sus técnicos durante la feria, ha impedido desde el
principio que la presencia de Zamora en FITUR fuera compacta y unida,
debidamente organizada con anterioridad y con la presencia de todos los que
deben participar en ella. Esto significa
que la fase de preparación de una acción exterior de importancia como es
la FITUR, debería ser objeto de una mayor dedicación, haciendo un esfuerzo en incorporar a todos
los sectores que pueden y deben participar: la hostelería, el ámbito cultural y
museístico de la ciudad y provincia, la Semana Santa y cuantos colectivos
tienen algo que aportar, y presentando una propuesta conjunta en la que las
instituciones y entidades privadas
aparezcan unidas como una piña en la promoción de un recurso económico
tan importante para todos como es el turismo.
Por el contrario, la actitud mostrada por el diputado responsable del Patronato de Turismo, José Luis Prieto Calderón, ha estado cargada de acritud y de oscurantismo, primero no convocando ni una sola reunión previa a la feria, que podría haber permitido preparar y distribuir los contactos para trabajar más eficazmente; después criticando en cada momento cualquier acción que se realizara fuera de su control, como la inclusión del Teatro Ramos Carrión en un folleto meramente informativo editado por el Ayuntamiento, en el que se le menciona como un recurso más de la ciudad donde realizar congresos; e incluso tratando de impedir la entrada a este concejal en la reunión que el Patronato había convocado en un hotel madrileño con algunas empresas zamoranas y turoperadores.
Tal
actitud irresponsable demuestra una posición sectaria y patrimonial de la
representación pública, demostrando una ausencia de respeto a los demás
representantes de los ciudadanos difícil de explicar en un Estado democrático.
Por otra parte ese modo excluyente de abordar la política del turismo resulta
sin lugar a dudas un error estratégico que solo perjudica a los ciudadanos y a
las empresas zamoranas.
Así pues, quiero
pensar que en el futuro ese estilo de trabajo, por llamarlo de algún modo, se
transforme en una actividad más sosegada y efectiva, que permita lograr la
coparticipación de todos: instituciones, empresas y ciudadanos. En el caso del
turismo resulta especialmente necesario, porque las cifras de visitantes y
pernoctaciones del último año demuestran que Zamora es la única provincia de la
región que ha bajado en número de turistas y que, por tanto, lo único que se
puede hacer es trabajar juntos en conseguir mejores resultados.
El tiempo político actual aconseja también aprender y practicar el arte de la colaboración y de los pactos, y al viajero, por su parte, no le preocupa nada más que obtener una buena experiencia de su visita a esta ciudad o provincia, sin importarle cómo y quién esté detrás de la organización. Por tanto, creo que las instituciones debemos estar a la altura de lo que demanda el sentido común y los ciudadanos y aprovechar todos los recursos a nuestro alcance para mejorar el posicionamiento de Zamora en el complejo y competitivo mercado del turismo.
Christoph Strieder
Concejal de Turismo del Ayuntamiento de Zamora
Concejal de Turismo del Ayuntamiento de Zamora